Tu preciosa cara, tus ojos alegres y llenos de luz y tu sonrisa llenaron mi vida de felicidad.
Fuiste como un bello amanecer, una tierna ilusión, un fugaz sueño de amor.
Que poco tiempo tuve para mirar tus ojos, pero cuanto tiempo para alojarlos en mi mente y en mi corazón.
Y es que conocerte y no quererte es como mirar al sol y vivir en la oscuridad.
¿Sabes? .. Es difícil comprender que no era el momento o que no eras para mi, pero me consuelan los maravillosos instantes que pude pasar a tu lado y le doy gracias al destino por hacer que nos crucemos en este corto y duro viaje llamado vida.
Perdóname si he querido llenar de ti el vacío de mi corazón. Pero desde que te conocí tu has vuelto a encender la llama que había estado apagada durante mucho tiempo.
Hoy quisiera fundir mi alma con la tuya, convertirnos en uno solo aunque solo sea por una noche. Y aunque no estés a mi lado en todo momento...
Siempre, siempre te recordaré como mi más bella ilusión.